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Los cítricos, son alimentos que se caracterizan, por ser fuente de vitaminas (vitamina C, ácido fólico y pro vitamina A), minerales (potasio, con un ligero efecto diurético) y flavonoides (sustancias fotoquímicas con efecto antioxidante). El principal beneficio para nuestro organismo es fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Historia

Los cítricos pertenecen al grupo de los frutos del genero citrus, se cultivan desde épocas remotas (más de 4000 años) y muchos de ellos fueron traídos y llevados de un lugar a otro. Los cítricos se desarrollan en casi todas las regiones del mundo; cuenta con más de 145 especies, entre las que se destacan: naranja (citrus sinensis), mandarina (citrus reticulata), limón (citrus limón), lima (citrus aurantifolia), toronja (citrus paradisi).
Se cree que el área general de origen de los cítricos es de las zonas tropicales y subtropicales del suroeste de Asia incluyendo Arabia Oriental hacia el este hasta Filipinas y desde el Himalaya hacia el sur hasta Indonesia o Australia, el movimiento de dispersión de los diferentes tipos de cítricos ocurrió dentro del área general de origen desde antes de que existiera registro histórico.

Sus frutas atrajeron atención de los pueblos primitivos, que se supone ya las cultivaban mucho tiempo antes de que aparecieran en los países europeos. Se sabe que la apariencia de la fruta y sus flores cautivaron a los primeros viajeros, que no sólo la describieron en sus memorias sino que la llevaron a otras regiones.

¿Qué son los cítricos?

La palabra cítrico designa a las especies de grandes arbustos o arbolillos perennes cuyos frutos o frutas poseen un alto contenido vitaminas (ácido ascórbico, ácido fólico y pro vitamina A), minerales (potasio, con un ligero efecto diurético) y flavonoides (sustancias fotoquímicas con efecto antioxidante).

Vitamina C y ácido cítrico, de sabor típico acido.

Estas frutas han sido fieles compañeras de la salud, tienen una larga lista de propiedades entre las cuales destaca su extraordinario poder depurativo, el cual ayuda a mantener limpios y sanos los intestinos y la sangre, y si estos están limpios, se reducen casi todos los problemas de salud. También son considerados alimentos prebióticos, puesto que favorecen el crecimiento de microorganismos beneficiosos para el colon, mejorando el tránsito intestinal y previniendo el cáncer.

Propiedades

Ricos en minerales como el hierro, calcio, fósforo, potasio, magnesio, etc.
Proporcionan altas cantidades de flavonoides, Vitamina A, B1 y B2.
Contienen ácido cítrico y ácido ascórbico en abundancia, refuerza las defensas del organismo.
La vitamina C, además, interviene en el mantenimiento de huesos, dientes y vasos sanguíneos, ya que participa positivamente en la formación y mantenimiento del colágeno. Además, protege de la oxidación a la vitamina A y vitamina E, como así también a algunos compuestos del complejo B (tiamina, riboflavina, ácido fólico y acido pantoténico). Tiene una acción anti-infeccioso y antitóxica y ayuda a la absorción del hierro no hémico en el organismo.
Son ricos en antioxidantes y, al ayudar a formar colágeno, frenan el deterioro de la piel y la aparición prematura de arrugas.
Poseen propiedades digestivas, sustancia que favorece la digestión.
Son depurativos por excelencia, contienen altas cantidades de fibra soluble ayudando al cuerpo a eliminar grasas y desechos tóxicos que ocasionan enfermedades y sobrepeso.
Son muy energéticos y protegen al corazón de enfermedades cardiovasculares.
Combaten infecciones (gripes y resfriados) y previenen contagios.
Ayudan a prevenir distintos tipos de cánceres (pulmón, boca, esófago, laringe, páncreas, entre otros.
Reducen la formación de colesterol y neutraliza la formación de sustancias cancerosas.
Ayudan a normalizar la presión arterial en personas hipertensas.
Mejora el funcionamiento del sistema inmunológico ayudando a combatir enfermedades.
Facilitan la eliminación de ácido úrico.
Mejora la cicatrización y la producción de glóbulos rojos (prevención del desarrollo de anemia).
Ayudan a disminuir el riesgo de padecer cataratas o degeneración macular.
Participan en la formación de colágeno para el crecimiento y reparación de células, tejidos, encías, huesos y vasos sanguíneos.

Clases

Cidra: quizás fue el primer fruto que llegó a Oriente Próximo y al Mediterráneo, y es proveniente de las faldas del Himalaya. Tienen poco jugo, pero son intensamente aromáticas.
Limón: es el más ácido de todos los cítricos, de hecho, casi el 8% de su peso es ácido cítrico.
Lima: tienen hasta un 5% de ácidos cítrico en su jugo, con un aroma fresco e intenso que hace lo hace muy útil en la creación de bebidas.
Mandarina: hace más de 3000 años que se cultivan en China e India. Son relativamente pequeñas y achatadas, con una piel roja que se pela fácilmente, siendo poseedoras, además, de un rico e intenso aroma.
Naranjas: forman casi las tres cuartas partes de la producción mundial de cítricos. Son muy versátiles gracias a su tamaño moderado, dulzura, jugosidad y acidez.
Pomelo: se trata de un híbrido de la naranja dulce y la toronja, que se dio en el Caribe en el siglo XVIII.
Toronja: son los cítricos que requieren las condiciones más cálidas de cultivo para desarrollarse, de ahí que crezcan bien en el Asia tropical. Son grandes, jugosas y no tienen el amargor de sus primos hermanos, los pomelos.
Recomendaciones
Es aconsejable que, de las tres raciones al día que deben consumirse de frutas, al menos una sea un cítrico.
La dosis diaria de vitamina C son 60 mg. Esta dosis se logra tomando un vaso de zumo de naranjas, 1 pomelo o un par de mandarinas.
Siempre será recomendable tomar un cítrico luego de algún alimento de origen vegetal que aporte hierro para así potenciar su absorción.
Por muy beneficioso que resulte consumir cítricos, si no están incluidas dentro de una dieta variada y equilibrada, de poco servirán sus virtudes.
Como la vitamina C se oxida con facilidad, una vez hecho el zumo, debe beberse inmediatamente para aprovechar todas sus propiedades.

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