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La enfermedad celíaca o intolerancia al gluten, es uno de los trastornos crónicos más comunes en la mayoría de los países. Es probable que el impacto de los factores etiológicos de la Enfermedad Celiaca aumente, debido a la creciente mezcla genética causada por la inmigración. La mayoría de los casos en la actualidad no son diagnosticados, una política apropiada para descubrir casos, podría reducir significativamente la morbididad y la mortalidad asociada con la enfermedad no tratada.

¿Qué es el Gluten?
El gluten es una glucoproteína que se encuentra en cereales de consumo habitual como el trigo, la cebada, el centeno o la avena. A su vez, el gluten está compuesto por otras dos glucoproteínas: la gliadina y la glutenina.

¿Cómo puede afectarnos?
El gluten es una proteína muy nutritiva y beneficiosa para todas las personas, pero también es algo indigesta. El motivo es que nuestro cuerpo no dispone de las enzimas necesarias para digerirlo completamente y justamente esos pequeños pedazos no digeridos son los que pueden provocar problemas intestinales.

Las personas sanas no notan malestar al tomar cualquiera de los cereales que contienen gluten, a lo sumo una pequeña molestia que pasa una vez completado el proceso digestivo. Sin embargo, en otras personas, esos pequeños trozos de gluten no digeridos pueden producir problemas autoinmunitarios (enfermedad celíaca), alérgicos (como son la alergia respiratoria, la alimentaria o la de contacto) y de sensibilidad a esta proteína.

Al estar presente en los principales cereales utilizados en nuestra alimentación, la Asociación de celiacos de Madrid considera que sería necesario que todos los alimentos que contienen gluten fueran etiquetados corectamente para evitar problemas en personas que tienen alguna patología relacionada con esta glucoproteína, como pueden ser la enfermedad celíaca o la sensibilidad al gluten.

¿Qué es la enfermedad celiaca?
La padecen generalmente personas que están predispuestas genéticamente y se caracteriza por una lesión de la mucosa del intestino delgado que provoca una atrofia de las vellosidades intestinales. Esta atrofia produce una inadecuada absorción de los nutrientes que provienen de los alimentos (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas), con los consiguientes problemas asociados para la salud.

La enfermedad celíaca no es una alergia. La respuesta alérgica se produce cuando el sistema inmunológico del organismo produce anticuerpos contra una sustancia normalmente inofensiva, presente en la comida o el entorno, como si se tratara de un patógeno. En el caso de la enfermedad celíaca, el gluten presente en los alimentos daña el revestimiento del intestino delgado, lo que a su vez impide que el organismo pueda digerir y absorber apropiadamente los alimentos. El resultado es una malnutrición crónica, con una deficiencia de calorías y nutrientes esenciales, como proteínas, vitaminas y minerales.

Signos y Síntomas
Los síntomas están relacionados con la mala absorción de los alimentos que provoca:

Diarrea
Retortijones intestinales
Hinchazón abdominal
Malnutrición
Pérdida de peso en personas adultas
Inhibición del crecimiento en niños
Anemia
Diarrea crónica
Estreñimiento
Náuseas y vómitos
Debilidad generalizada
Erupciones cutáneas
Dolor de cabeza
Alteraciones del esmalte dental
Problemas óseos, raquitismo y fracturas espontáneas, entre otras manifestaciones
Dado que los síntomas son variados, es posible que en muchas personas la intolerancia al gluten no haya sido diagnosticada. En ocasiones, se diagnostica en etapas avanzadas de la vida. Antes se solía creer que este trastorno afectaba a 1 de cada 1.500 personas; sin embargo, recientes estudios revelan que los análisis de sangre de 1 de cada 100 personas presentan indicios relacionados con esta afección. Si bien para confirmar el diagnóstico es necesario realizar una endoscopia y biopsias del intestino, cabe conjeturar que es probable que muchas personas padezcan esta enfermedad sin saberlo.

Recientemente, se ha sugerido que los efectos de la intolerancia al gluten van más allá de las consecuencias sobre el revestimiento intestinal y se cree que este trastorno puede estar relacionado con afecciones tan diversas como las enfermedades hepáticas, la dermatitis, la diabetes de tipo 1 y la infertilidad.
Prevalencia y diagnóstico
El diagnóstico es clave a la hora de poder tratar a los pacientes con sensibilidad al gluten, ya que ciñéndose exclusivamente a los síntomas es muy difícil diferenciarlo de la enfermedad celíaca o la alergia al gluten a pesar de que hay un mayor número de manifestaciones que no son digestivas (dolores de las extremidades, adormecimiento de brazos o pies, fatiga).

Se utilizan generalmente 6 pruebas determinantes para el diagnóstico de esta enfermedad.

Estudio genético: por análisis de sangre o muestra de saliva donde se puede conocer si el sujeto es portador de los genes que se asocian con la enfermedad celíaca o con la sensibilidad al gluten.
Estudio inmunológico: nos indica si el paciente genera anticuerpos que reaccionan contra el gluten y le hacen enfermar. Esta analítica debe incluir los marcadores serológicos propios de la enfermedad celíaca.
Pruebas cutáneas: imprescindible para saber si el paciente presenta una reacción alérgica. Se incluyen inhalantes y alimentos con gluten. Se realizan en la piel del antebrazo, aplicando una gota de los diversos alérgenos y realizando una pequeña punción con una lanceta. Los resultados se obtienen en un tiempo record de 15 minutos.
Endoscopia intestinal: se realiza para observar el intestino delgado superior, donde se observa si hay daños o lesiones provocadas por el gluten.
Cápsula endoscópica: útil para hacer un estudio completo del intestino delgado y conocer qué esta es la que está más afectada por la enfermedad.
Biopsia intestinal: La biopsia se realiza durante la gastroscopía cuando se detecta tejido lesionado. Es entonces cuando se toma una muestra y se analiza en anatomía patológica. Por tanto el paciente, no tiene que someterse a una nueva prueba y en unos días obtiene los resultados que le confirmarán qué enfermedad tiene.
Tratamiento
En el caso de la alergia y la enfermedad celíaca, en la dieta se deben evitar alimentos con gluten.
En el caso concreto de la sensibilidad al gluten y dado que no se ha identificado un marcador biológico de este trastorno, el tratamiento ayudaría a confirmar este diagnóstico y consiste en dietas de eliminación con posterior reintroducción, observándose los cambios clínicos ocurridos en ambos períodos.

Una dieta sin gluten
Cuando las personas con enfermedad celíaca siguen una dieta sin gluten, el revestimiento intestinal se repara progresivamente y vuelve a funcionar con total normalidad. A muchas personas les cambia la vida a medida que el organismo se recupera y los síntomas desaparecen.
El gluten se encuentra principalmente en cereales como los granos de trigo, centeno, cebada y avena, utilizados en la fabricación de muchos alimentos cotidianos como el pan, los cereales para el desayuno, la pasta, las pizzas, las masas, pasteles y las galletas. Sin embargo, no siempre es tan sencillo, ya que los cereales que contienen gluten también se utilizan como ingredientes en rebozados, salsas y algunos productos cárnicos, como salchichas y hamburguesas y no lo informan en sus rotulados.
El arroz, las papas y el maíz no contienen gluten. Actualmente existen también muchos productos especiales sin gluten para quienes padecen este trastorno.

Bibliografía

La enfermedad celíaca o intolerancia al gluten. European food information Council EUFIC. Junio 2006
Sensibilidad al Gluten. Programa para la detección y tratamiento de la sensibilidad al gluten. Centro Médico de Enfermedades Digestivas de

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